El pueblo de Salin-de-Giraud, en el sureste del delta de la Camarga, está situado en la orilla derecha del Ródano, a 40 km del centro de la ciudad.
Con la gran playa salvaje de Piémanson, sus siete kilómetros de arena fina y el golfo de Beauduc, Salin-de-Giraud ofrece al municipio un frente marítimo muy codiciado durante la temporada estival. Sus playas se han convertido en uno de los lugares más bellos del sur de Francia para la práctica del kitesurf, un lugar atemporal olvidado por los mapas geográficos.
A finales del siglo XIX, el pueblo se desarrolló cerca de la desembocadura del Ródano, con la creación de dos empresas vinculadas a la extracción de sal. En 1895 se instala la empresa Solvay, que permite fabricar carbonato sódico y transportarlo a las fábricas de jabón de Marsella en barco por el Ródano y luego por mar. De camino a la playa, se pueden contemplar las espectaculares camelles de sel desde el mirador, y las salinas se descubren a la salida de la carretera.
La vasta superficie de marismas tiene un gran interés ecológico y paisajístico, y el desarrollo de un pequeño número de especies de invertebrados proporciona a las aves abundante alimento, lo que les permite anidar de una forma única en Europa, en particular a los flamencos.
Durante la temporada se ofrece una amplia gama de visitas guiadas o comentadas: paseos guiados con cuentacuentos locales, visitas guiadas (a pie o a caballo) al Domaine de la Palissade y a la playa de Piémenson, visitas a rebaños de caballos: ¡la oferta de actividades es enorme!
Si le apetece estar solo, tiene a su disposición 3 rutas de senderismo y cicloturismo: les corons du sud, la digue à la mer y les rives du Rhône. Adéntrese en el corazón de las salinas a pie, en bicicleta o en coche (acceso limitado y de pago), y disfrute de la belleza de los paisajes, las salinas y la fauna típica de Camarga.
Cuando llegue a Salin de Giraud, estará en medio de la nada, pero tendrá a su disposición alojamiento, restaurantes y tiendas.